lunes, 20 de abril de 2015

Teotihuacan “Lugar dónde los hombres se hacen dioses” demuestra la enigmática historia y cultura que se respira en México.

A 50 kilómetros de la Ciudad de México, se encuentra localizada Teotihuacan, los aztecas la llamaron Ciudad de los Dioses, calificativo que anticipaba la magia y atractivo que mantendría muchos siglos después de su extinción. Este pueblo con encanto cuya fama se debe a su gran zona arqueológica sigue siendo venerado por muchos.
La Zona Arqueológica de Teotihuacan, según el mito, fue elegida por los dioses para crear el centro del universo. Para entrar a esta zona arqueológica, se debe recorrer un camino de tezontle.  Al llegar, se camina sobre la Calzada de los Muertos para poder llegar a donde se encuentra la pirámide de la Luna. En un extremo se encuentran la Pirámide de La Luna y al otro, el Templo de Quetzalcóatl.






Si te encuentras en cualquiera de estos extremos, tu perspectiva te permitirá observar los diferentes palacios, templos y construcciones en una extraordinaria armonía geométrica como por ejemplo la Ciudadela. Ahí puedes ver los vestigios de las residencias de los sacerdotes y gobernantes; al oriente de la ciudadela encontrarás el templo de Quetzalcóatl, que se encuentra decorado majestuosamente por esculturas de cabezas de serpientes emplumadas y otras figuras con atribución a Tláloc.





La plaza y pirámide del Sol son en conjunto un paisaje realmente impactante pues de inmediato puedes imaginar un poco cómo se vivía en aquellas épocas al subir la pirámide del sol y poder observar todo el plano arqueológico que rodea a ésta pirámide, lo cual es asombroso. Tiene una altura de 64 metros. A sus pies, se encuentra la plaza donde se suponen estaban las habitaciones de los sacerdotes encargados de realizar los rituales. La Pirámide del Sol con sus más de 160 escalones, sigue siendo motivo de diversas ceremonias pues es un importante centro energético que se presta para hacer diferentes rituales como en el día del equinoccio de primavera para el cual, Teotihuacan es uno de los lugares favoritos de mexicanos y extranjeros que se maravillan con esta cultura.

     

    


La pirámide de la Luna. Ubicada al extremo norte de la Calzada de los Muertos, se compone de 13 basamentos dispuestos alrededor de la plaza, incluidos dos grandes altares centrales.  Estos depósitos rituales se encuentran enmarcados por el sacrificio de varios individuos, acompañados de diversos animales y cientos de artefactos, como cuchillos, puntas y excéntricos de obsidiana, cerámica, así como ornamentos de jadeíta y concha.






Actualmente los vendedores ambulantes, en su mayoría residentes de San Juan Teotihuacan, (cómo ahora es llamada esa zona a raíz de la conquista de los españoles) ofrecen distintos “souvenirs” al público que asiste a admirar ésta zona arqueológica, entre ellas destacan las figuras y máscaras de barro, jade y obsidiana que imitan a las elaboradas en el periodo prehispánico.

Sin duda es un lugar que mexicanos y no mexicanos tienen que visitar una, dos, o las veces que sean necesarias por lo que hoy en día significa, sentir orgullo de tener en nuestro país vestigios de una historia y de varias culturas prehispánicas que mucho tienen que ver con lo que somos y de lo que representamos. 


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